La corporación municipal de Pamplona, sin el alcalde Joseba Asirón ni el resto de concejales de EH Bildu ni Contigo-Zurekin, ha renovado este jueves el voto aprobado por la ciudad en el siglo XVII para conjurar la epidemia de la peste, un acto en la tarde de Jueves Santo que forma parte de las tradiciones más arraigadas de la ciudad.

Se trata de la Función de las Cinco Llagas que cada año acoge la iglesia de San Agustín, a donde concejalas y ediles, sin el alcalde de EH Bildu, Joseba Asirón, quien ha delegado en Mikel Armendáriz (Geroa Bai), han acudido en desfile desde la Casa Consistorial, vestidos de gala, y acompañados de maceros, libreas, clarineros y nueve agentes de la Policía Municipal en traje de gala, cuatro de ellas mujeres.

Este es uno de los actos institucionales regulado en el reglamento de protocolo Honores, Ceremonial, Honores y Distinciones del Ayuntamiento de Pamplona, ha explicado el consistorio, que confirma que las Cinco Llagas es una antigua tradición recogida en las llamadas diez promesas seculares de la ciudad.

El objetivo del acto es renovar el voto, un acto institucional que el Regimiento instauró por acuerdo municipal el 30 de mayo del año 1601 en agradecimiento a que la epidemia de peste bubónica que amenazaba a la ciudad quedara fuera de sus puertas.

Así lo ha recordado el oficiante, el arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela, Florencio Roselló, quien ha dado gracias a Dios por esta protección, aunque ha advertido de que en la actualidad «sigue habiendo llagas en nuestro entorno», como las que este mismo jueves ha vivido de primera mano en la cárcel de Pamplona, a donde ha acudido a lavar los pies a algunos de los presos.

«Como Iglesia tiendo la mano para que aliviemos las llagas de nuestro pueblo», ha dicho tras apelar al Ayuntamiento de Pamplona a «buscar puntos de encuentro» junto con la sociedad para trabajar por el bien de toda la ciudadanía.

Poco antes, una vez en el templo los integrantes de la Corporación habían recorrido el interior de la iglesia tras la efigie de las Cinco Llagas y usando, como marca el ritual y por única vez en el año, una bandera negra en sustitución de la habitual de la ciudad, en señal de luto.

Los concejales y las ediles, también solo en esta ocasión, utilizan la medalla corporativa por el reverso, cara en la que se representa la imagen de las Cinco Llagas de Cristo. Así la han portado los concejales, representantes de UPN, PSN, Geroa Bai y PP.

Como es habitual, por el templo las Cinco Llagas se han trasladado en andas. Es un paso de propiedad municipal que parece datar de finales del siglo XVIII o principios del XIX en el que dos ángeles sujetan la representación de las Cinco Llagas (corona de espinas y heridas de manos y pies del Crucificado) en un conjunto artístico realizado en madera de pino y escayola policromada, con apliques de pan de oro y plata.

Finalizado el acto, la Corporación ha regresado con el mismo itinerario de la ida hasta la Plaza Consistorial.

Tras el desfile algunos de los ediles participan, ya a título personal, en los oficios previstos en la Catedral y en la visita al monumento en la iglesia de San Saturnino.

La fachada de la Casa Consistorial tiene este día también un aspecto diferente, ya que en los balcones se colocan los reposteros (paños rectangulares bordados) que contienen el escudo de Pamplona, el emblema de las Cinco Llagas y los escudos de los antiguos burgos de la ciudad.